Biografías

José Donoso (Memoria Chilena)

(1994-1996)


La vida está hecha de fragmentos,
y a duras penas uno logra reunirlos

Desde sus inicios como escritor, José Donoso mostró claridad respecto a su proyecto literario: su obra se convertiría en el soporte de su propia biografía y él mismo no podría vivir fuera de ella. Así, cuando afirmó que su “diario de vida comienza en 1958”, puso de manifiesto las coordenadas de toda su creación. Cada libro publicado, entonces, tendría que ser leído como un fragmento de su memoria. 
Mostró inclinación por la literatura desde muy joven y sus incursiones iniciales en la escritura fueron como cuentista. En 1950 publicó su primer relato, “The Blue Woman”, el que dio a conocer en Estados Unidos, mientras cursaba un Magíster en Literatura Inglesa en la Universidad de Princeton. 
Su consolidación como autor fue con su primer volumen de relatos: Veraneo y otros cuentos, en 1955. Aunque fue con la publicación de la novela Coronación (1957) que la orientación autobiográfica de sus novelas se hizo evidente. 
Tras la aparición de su primera novela, José Donoso ya imbuido en la vocación de escritor buscó otros territorios donde desarrollar su creatividad. Se dedicó a traducir obras de autores extranjeros y, luego, en 1960 se incorporó al equipo de la revista Ercilla, donde permaneció como columnista semanal hasta 1965. Ese año fue invitado al Writer’s Workshop de la Universidad de Iowa en calidad de Lector Visitante. Permaneció por tres años, nutriéndose de la cultura norteamericana y conociendo a importantes escritores extranjeros. Durante esos años, tuvo que cumplir con compromisos editoriales y publicó en 1966 Este domingo y El lugar sin límites, novela que escribió en México durante su estada en la casa de Carlos Fuentes. 
Su nombre ya consolidado en los circuitos literarios internacionales, pasó a formar parte de la nueva generación de narradores latinoamericanos, los que bautizados como la Generación del Boom, alcanzaron reconocimiento mundial. 
El año 1967 significó un nuevo avance en su trayectoria literaria. En busca de nuevos horizontes, se trasladó a Europa, donde vivió por más de diez años. Esta época fue muy significativa para su obra, la que aumentó considerablemente gracias al apoyo editorial español. Allí, terminó de escribir El obsceno pájaro de la noche, publicó Historia personal del “Boom” (1972), Tres novelitas burguesas (1973), Casa de campo (1978) yLa misteriosa desaparición de la marquesita de Loria (1980). Además, fue distinguido con importantes premios de la cultura y su obra logró tener una difusión tanto en español como en otros idiomas. 
Regresó a Chile en 1981 y publicó El jardín de al lado, novela donde aparece representado su deseo por volver al país. También, lanzó su única obra poética, la que titulóPoemas de un novelista (1981). 
Los años siguientes fueron de mucha actividad. Pasó su tiempo entre Chile, viajes a Europa y a Estados Unidos, cumpliendo con invitaciones a congresos y asistiendo a homenajes. Para escribir siempre buscó un refugio. Así en 1985 se trasladó a Chiloé para escribir La desesperanza. Participó, además, de proyectos de teatro y cine inspirados en sus novelas y cuentos. En 1990, recibió el Premio Nacional de Literatura. 
José Donoso, trabajó incansablemente hasta el final de sus días. A partir de 1990 escribió cinco novelas voluminosas y nunca paró de escribir, dejando incluso muchos proyectos literarios sin terminar, corroborando así su certera afirmación: “Yo no sé vivir fuera de la literatura”.




Joaquín Edwards Bello
(1887-1968)

Dimensión del infinito y arquitectura del silencio como punto de partida

Destacado cronista y novelista, nació en Valparaíso el 10 de mayo de 1887. Fue bautizado como Víctor Lorenzo Joaquín por sus padres Ana Luisa Bello Rozas -nieta de Andrés Bello- y Joaquín Edwards Garriga, importante banquero. 
Fue alumno del Colegio Mackay y del Liceo Eduardo de la Barra. Durante estos años su vocación literaria manifestó sus primeros indicios. Así junto a sus compañeros de colegio Alberto Díaz Rojas y Cayetano Cruz-Coke, fundó la revista quincenal La juventud. El primer número de esta revista fue publicado el domingo 17 de marzo de 1901. Un año más tarde publicó la revista El Pololo. 
Contra los deseos de su padre, se dedicó tiempo completo a la literatura y al periodismo. En 1910 publicó su primera novela, El inútil, que lo marcó para siempre como rebelde y gran cuestionador de la realidad chilena. 
Al mismo tiempo que desarrolló un proyecto escritural narrativo, en el cual desplegó toda su ironía y particular visión del país, realizó un intenso trabajo periodístico, publicando innumerables artículos en El Mercurio y posteriormente en La Nación, desde donde disparó sus más ácidas críticas bajo el alero y protección del padre de Juan Emar, Eliodoro Yánez. 
De su producción literaria destacan novelas como El Roto, obra que encuentra su antecedente en La cuna de Esmeraldo, publicada en 1918, El chileno en Madrid y La chica del Crillón, en las que se manifiesta el espíritu de la época: la búsqueda de una identidad nacional, la pretensión de mostrar al chileno en su esencia, mejorar los vicios del pueblo y resaltar de manera solapada las virtudes del criollo, empresa que compartieron diversos movimientos, entre ellos el Mundonovismo, del que toma la estética naturalista para la descripción tanto del espacio como de los tipos humanos y su recíproca influencia. 
Su producción literaria fue vastísima y muy variada, desde el naturalismo de sus primeras obras, pasando por la crítica impresionista de sus cuentos y crónicas, hasta sus aventuras vanguardistas en el París de entreguerras, entre ellas la publicación de Metamorfosis, libro de poemas de inspiración dadaísta y ultraísta, firmados con el seudónimo Jacques Edwards. Pero la constante en la obra de Edwards es su espíritu nacionalista, que se expresa en su publicación El nacionalismo continental de 1925, en la que explica la ascendencia e identidad común americana a partir de nuestra herencia hispana y la visión que despliega sobre diversos temas de su tiempo a través de sus crónicas, algunas de las cuales fueron recogidas en Mitópolis por Alfonso Calderón. 
Edwards Bello recibió el Premio Nacional de Literatura en 1943 y el Premio Nacional de Periodismo en 1955. Sus últimos años no fueron gratos. En 1960 sufrió un ataque de hemiplejia bastante severo, del cual afortunadamente se recuperó gracias a los cuidados de su esposa y de la dieta indicada por el doctor Manuel Lazaeta Charán. 
Años más tarde, sumido en la angustia, se suicidó el 19 de febrero de 1968.




Alejandro Sieveking 
(1934-)

Alejandro Sieveking nació el 5 de septiembre de 1934 en Rengo, Sexta Región. Además de desempeñarse como actor, ha desarrollado un prolífico trabajo como dramaturgo, con más de cuarenta obras de su autoría. Su producción dramatúrgica comenzó en la década del cincuenta, en el marco de los teatros universitarios, razón por la cual los críticos lo incluyen en la misma generación que a los dramaturgos Jorge Díaz, Egon Wolff, Luis Alberto Heiremans, Isidora Aguirre y Sergio Vodanovic. 
Luego de participar en el Primer Festival de Aficionados de 1955, en el Teatro Antonio Varas, con la obra Encuentro con las sombras, Alejandro Sieveking abandonó la carrera de Arquitectura que cursaba y entró, en 1956, a la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, que funcionaba al alero del Teatro Experimental. Durante sus primeros años de estudiante trabajó junto a compañeros de curso, como Raúl Rivera y Franklin Caicedo. En su segundo año, Rivera dirigió para el festival de estudiantes la obra de Sieveking Mi hermano Cristián, la que ha sido descrita como “la primera obra que concertó todos los aspectos importantes del neorrealismo sicológico chileno” (Castedo-Ellerman, Elena. El teatro chileno de mediados del siglo XX, p. 70). En sus tiempos de estudiante también escribió Una plaza sin pájaros (1955), El paraíso semiperdido (1957), Fin de febrero(1958) y Cuando no está la pared (1958). 
En la Escuela de Teatro, Sieveking conoció a Víctor Jara, con quien entabló una amistad y una prolífica relación de trabajo que lo llevó a indagar en las estéticas folklóricas. Jara dirigió varias obras escritas por Sieveking, todas las cuales alcanzaron connotación internacional: Parecido a la felicidad, Ánimas de día claro y La remolienda –la que se ha convertido en un clásico con innumerables montajes–, además de la obra para niños Honorato el caballo de circo. Además, Jara también fue asistente de dirección de Agustín Siré en la obra La madre de los conejos. Bajo la dirección de Jara, la escritura de Sieveking fue exitosa dentro y fuera del país, y adquirió un renombre que continuó creciendo luego de la ruptura profesional entre ellos. Durante la temporada de 1962, por ejemplo, dos de sus obras se presentaron simultáneamente: Dionisio en el teatro de la Universidad Católica y la reposición de Ánimas de día claro, con un elenco profesional, en el teatro Antonio Varas de la Universidad de Chile. 
En los años siguientes Alejandro Sieveking escribió: Tres tristes tigres, El Cheruve,Peligro a 50 metros (escrita en colaboración con José Pineda), Una vaca mirando el piano,Las apariencias, Todo se fue, se va, se irá al diablo, La mantis religiosa, Manuel Leonidas Donaire y las cinco mujeres que lloraban por él, Cama de batalla y La virgen del puño cerrado –la que fue censurada y tuvo que estrenarse, en 1974, bajo el nombre de La virgen de la manita cerrada–, entre varias otras, algunas de las cuales ni siquiera llegaron a las tablas. 
Un año después del Golpe de Estado, debido al clima hostil en que vivía el país y las trabas para ejercer el teatro -además del duro golpe emocional que le significó el brutal asesinato de su amigo Víctor Jara en el Estadio Nacional- Sieveking se autoexilió junto a Bélgica Castro, la actriz que se convirtió en su esposa en 1962, en Costa Rica. La primera obra que escribió y estrenó en ese país fue Pequeños animales abatidos, que ganó el Premio Casa de las Américas de Cuba. 
Una vez que regresó a Chile en 1984, tuvo la oportunidad de retomar la escritura de guiones para la televisión. Además, escribió varias obras: La comadre Lola, Directo al corazón, Ingenuas Palomas, El señor de los pasajes y, en 2005, La fiesta terminó. Además, amplió su registro escritural y publicó dos novelas, La señorita Kitty (1994) y Bella cosa mortal (2007). 
La escritura de Alejandro Sieveking hace converger varias aristas del teatro de los años cincuenta, con las cuales logró crear una continuidad y a la vez actualizar la producción de las décadas anteriores. Esto lo ha hecho merecedor de varios premios y reconocimientos. Miembro de la Academia de Bellas Artes del Instituto de Chile, en los últimos años Sieveking ha incursionado también en el cine como actor, destacándose por su interpretación en los filmes La vida me mata (2007) y Gatos viejos (2010). Además, su interés por la plástica ha dado fruto a una serie de collages, que ha exhibido en variadas ocasiones.

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